Quiero agradecer desde aquí la oportunidad que la dirección del proyecto Arcanis me ha dado para escribir varias veces al mes sobre dos cosas que me encantan, Magic y economía. Tras ver montones de páginas web diciendo compra esto y vende lo otro he considerado la opción de escribir una larga serie de artículos que puedan servir a jugadores a añadir algunas herramientas salva euros a su repertorio. No pretendo dar cada semana consejos sobre que comprar y vender, me gustaría más bien, que la gente que lea estos artículos y participe en los comentarios, pueda aprender a ver características de cartas nuevas o antiguas, en las que se identifique valor y merezcan ser adquiridas o vendidas. No tengo todas las respuestas, pero creo que puedo aportar algo a la comunidad.

Hoy me gustaría arrancar con un alegato a la prudencia. Pese a la idea que muchas veces se trata de contagiar (hay incluso webs basadas en la comparabilidad de ambos campos), MTG no es la bolsa. En primer lugar vamos a ver las diferencias más grandes que separan el juego de cartas del mercado por excelencia, y luego veremos diferencias más sutiles que imposibilitan que el primero alcance al segundo.

Por un lado:

El número de compradores y vendedores de Magic es bajísimo: Esto es un problema. El número de jugadores de Magic no deja de crecer año tras año, pero la realidad es que sigue muy lejos del número de participantes del mercado de acciones. Esto dificulta la compra y venta de cartas en las cantidades que uno quiera. Cuando uno quiere comprar 500 copias de una carta es muy fácil que tenga que pagar precios muy diferentes por el mismo producto, al tener que recurrir a distintos vendedores. Esto desemboca en una liquidez bajísima. No tiene nada que ver comprar acciones de BSCH con comprar Tundras. En 5 segundos puedes comprar 1000 acciones de BSCH y venderlas de nuevo, pero con Tundras te lleva mucho más tiempo, ya solo para recibirlas vas a tardar demasiado. Y aun peor si tenemos en cuenta las herramientas digitales para el comercio en bolsa, y las horribles herramientas digitales para el comercio de MTG.

En Magic no existen derivados: Los derivados son productos de inversión que existen en bolsa que dan facilidad a los inversores para expresar su opinión. Con las Opciones, uno puede asegurarse la capacidad de compra o venta de una acción dentro de un tiempo, a cambio de una cantidad mínima a pagar hoy. Con los Futuros, uno se asegura el precio de venta o compra de un producto en la fecha actual, y la ejecución de la operación se realiza en un tiempo determinado. Parecido a la opción, pero de forma obligatoria. Lo único parecido a derivados que existe en Magic, es la preventa, lo cual sería una especie de Futuro, aunque se realice pagando un precio más alto de su valor real en el 99% de los casos, y con pago completo en el momento actual.

De este modo, en Magic no tenemos herramientas para poder adelantarnos a los acontecimientos, ni facilidades para arriesgar menos dinero del necesario para comprar Jaces por ejemplo. Revelación de la Esfinge apareció con un precio de salida de unos 5 euros, y en 3 meses valía 20. ¿No hubiese estado bien poder pagar 1 euro en septiembre, para asegurarte comprar 4 Revelación de la Esfinge a 15 euros cada una 3 meses tras su salida? Seguro que un montón de gente hubiese cogido ese euro sin dudarlo.

Dos tendencias completamente diferentes: La bolsa sigue una tendencia general alcista desde tiempo inmemorial. Esto es debido a la representación de valor en que se basa el precio de las acciones. Si consideramos que el precio de la acción de McDonalds trata de ser (que nunca es 100% cierto) el valor esperado de los beneficios de la compañía y este se ve afectado por inflación y mejoras tecnológicas principalmente, es lógico que el valor de la bolsa tienda a crecer. Esto no significa que las empresas no quiebren, hay que observar también la substitución interempresarial que se da en muchos mercados.

Pero el problema viene cuando pensamos en Magic. La realidad es que la tendencia es bajista. La mayoría de cartas no hacen más que perder valor a lo largo de su vida. Especialmente cuando rotan fuera de estándar. Este hecho de por sí, ya debería indicarnos, que sin una razón de peso, comprar muchas cartas de una misma colección es un mal plan de futuro (financieramente hablando) pues muy pocas subirán, alguna resistirá y la mayoría perderá valor día tras día. El mejor momento para adquirir cartas, tendera a estar siempre alejado de su puesta a la venta.

El segundo campo de temas que separan MTG y la bolsa es un poco más sutil.

En Magic hay comisiones muy altas para comerciar: Esto no se le escapa a casi nadie. Si una tienda te está comprando dobles de Revised a 50 y las vende a 100, estas dejando de ganar un dineral si le vendes la tuya. Eliminando el comercio con tiendas de la ecuación, que suele ser mala idea, las comisiones siguen siendo altas. Pagar sobres, fundas, tiempo o comisiones (paypal, ebay, etc.) no es ninguna tontería. Es mucho dinero a lo largo del año. Nada que ver con 4 clicks y pagar al bróker online. Lo que se escapa a veces es que operar en bolsa es mucho más barato de lo que parece. Por favor, no acudáis a la ventanilla del banco a decirle que compráis 500 BBVA. Trataré el tema de costes más ampliamente en otro artículo.

El número de mercados es menor en Magic: Esto redunda en el problema de liquidez. Es difícil convertir en dinero una inversión. Al tener poco mercados, cualquier persona que quiera realizar grandes movimientos de cartas, tendrá que recurrir a mercados muy poco eficientes, con información incompleta, por lo que va a perder valor. Si tienes que recurrir a CF para quitarte las últimas copias de alguna carta, vas a perder mucho valor.

Tiempo disponible vs volumen: Esta es una diferencia importante con la bolsa, que en ocasiones se pasa por alto. En Magic, la carta se crea y se edita durante un tiempo. Posteriormente deja de editarse y se termina la creación de copias. Dentro del juego hay diferencia en precios entre comprar las cartas mientras están editándose nuevas copias y cuando dejan de editarse, pero hay que tener en cuenta que no es constante en todas. En la mayoría de ocasiones ocurre algo contra intuitivo. Es mejor comprar la carta cuando esta ya no se edita que cuando se está editando, pues es cuando su precio ya ha caído bastante. Rara vez ocurre lo contrario. A partir de que dejen de editarse hay que sumar otra tendencia sobre la tendencia de juego y precio, y es la desaparición paulatina de cartas, en armarios, papeleras etc.

Si nos fijamos en la bolsa. El tiempo disponible de una acción es mayor, ayudado por el mayor numero de comerciantes existentes, las acciones rara vez desaparecen (salvo recompras de acciones de la propia compañía y alguna otra forma) y no es fácil que tengan tendencias contrapuestas provocadas por disponibilidad en los primeros años de vida.

La conclusión a la que me gustaría llegar hoy es sencilla: prudencia, prudencia, prudencia. Es el mensaje que quiero trasmitir. Comprar y vender cartas tiene costes que muchas veces no valoramos, requiere más tiempo del que pensamos, y es más difícil dada su tendencia bajista de lo que consideramos. A partir del próximo artículo cambiamos la tendencia, e intentaremos ir en la otra dirección, ¿qué hacer para detectar valor? Os pido un poco de paciencia, este primer escrito quizás haya sido excesivamente superfluo, profundizando poco, pero veréis que merecerá la pena para ir encajando las piezas del puzle poco a poco.

Los próximos artículos van a hablar sobre algunos de los siguientes temas: “Diferencias entre Especulador / Inversor / Acaparador / Arbitrajista”, “Foil vs No Foil”, “Valor Real vs Valor Figurado”, “Información incompleta. Eficiencia en los mercados”, “Una afición de largo/plazo. Magic no es caro”, “Reserved list e inflación”. Iré añadiendo otros temas a medida que los avance. Si queréis alguno en especial, dejadnos comentarios abajo o podéis contactarme en twitter por esto o cualquier otro tema (@infomgc). Hasta el próximo artículo!